La falta de dientes supone una problemática muy frecuente entre las personas adultas. Ya sea debido a un golpe o como consecuencia de una enfermedad bucodental, perder una pieza afecta gravemente a la funcionalidad y a la estética de la sonrisa.
Es posible que, en caso de que te falte alguna muela, pienses que no conlleva ningún inconveniente siempre que te permita masticar.
Pero nada más lejos de la realidad: cuando una pieza dental no está en el lugar que debe, el resto de la dentadura puede verse comprometida debido a varias problemáticas: desgaste, maloclusión, pérdida ósea, etc.
Por ello, si quieres conocer las consecuencias que la falta de dientes tiene para tu salud bucal, no te pierdas este artículo.
Consecuencias de la falta de dientes
Cuando se pierden uno o más dientes, la estructura bucodental se queda descompensada y aparecen una serie de problemas a largo plazo que pueden perjudicar gravemente la salud dental. Incluso en los casos más extremos, donde la pérdida de los dientes es total (edentulismo), se producen graves alteraciones en los tejidos orales.
Las consecuencias más frecuentes de la falta de dientes son:
1. Pérdida ósea
El hueso de los maxilares está en continua evolución, incluso en la edad adulta. Por ello, cuando falta una pieza dental, el hueso tiende a sufrir una pérdida de masa ósea.
Para evitar el desgaste del hueso y su reabsorción es necesario colocar implantes dentales. Este tratamiento dental es el único que evita este problema, además de ser el que mejor resultado ofrece a corto y a largo plazo.
2. Desplazamiento de piezas dentales
Los dientes tienden a desplazarse por los huecos que hay en la encía, ocupando posiciones que no les corresponden. Cuando se pierde una o más piezas dentales, las adyacentes al hueco se mueven y esto tiende a provocar apiñamiento y maloclusiones dentales.
En aquellos casos en los que ya se ha producido el desplazamiento dental, es necesario devolver a los dientes a su posición original para dejar el espacio necesario para poder colocar un implante dental que sustituya la pieza perdida.
Para ello, será fundamental comenzar un tratamiento de ortodoncia.
3. Dificultad para masticar
Al no coincidir las arcadas dentarias surgen dificultades para masticar adecuadamente los alimentos. Esto provoca una gran incomodidad, y, como consecuencia de ello, existe una mala digestión.
Además, los cambios de disposición en los dientes producen problemas de oclusión, que traen consigo dolor en la mandíbula, desgaste excesivo de las piezas dentales o encaje irregular entre dientes superiores e inferiores, entre otros problemas.
4. Enfermedades periodontales y caries
Las bacterias se acumulan en la superficie vacía de la encía, provocando enfermedades periodontales como la gingivitis o la periodontitis. Además, los dientes adyacentes al hueco tienen mayor probabilidad de desarrollar caries.
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También es habitual que la mucosa de la zona sea más sensible a los golpes y al contacto con la comida y la lengua. Por ello, pueden producirse heridas y llagas con más facilidad.
5. Consecuencias estéticas
La falta de un diente cambia la sonrisa por completo, y si la pérdida ha sido de un diente incisivo, el impacto visual es aún mayor. Esta situación proporciona un aspecto envejecido y descuidado que puede afectar a la imagen que queremos transmitir de nosotros mismos.
Las personas que asisten al dentista por la pérdida de un diente suelen ir, principalmente, por la incomodidad estética y por los problemas masticatorios, aunque, como hemos dicho, existen otras muchas consecuencias que deberían animar a sustituir el diente perdido.
6. Consecuencias para la salud mental
Muchas personas piensan que perder un diente es un problema que solo afecta a la estética, pero realmente es que la falta de una o más piezas dentales repercute en la salud mental.
Sonreír es un acto de socialización que implica confianza, seguridad y alegría. Cuando no se tiene una sonrisa completa, pueden aparecer miedos e inseguridades que dificultan la interacción con otras personas.
Además, no querer sonreír hace que nuestro propio carácter se vea afectado, al estar en tensión continua. El estrés y la ansiedad que se puede llegar a padecer por la falta de dientes se puede solucionar con los implantes dentales, que logran una sonrisa natural y completa.
Cómo remediar la falta de dientes
Los avances en odontología han permitido perfeccionar y mejorar los diferentes tratamientos disponibles para solucionar la falta de dientes.
Sin embargo, la solución más eficiente para reponer piezas dentales perdidas pasa por la colocación de un implante dental.
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El implante actúa como si fuera la raíz del diente, fusionándose con el propio hueso maxilar del paciente (osteointegración) y evitando con ello la pérdida ósea producida por la caída del diente.
Mucha gente cree que la intervención para colocar un implante es complicada o dolorosa, pero nada más alejado de la realidad. Por poner ejemplo, esta cirugía es mucho menos molesta que la extracción de una muela. Además, la intervención se lleva a cabo con anestesia local.
Además, los nuevos avances en implantes dentales permiten colocar el implante y la corona dental estética en la misma consulta con los implantes dentales de carga inmediata.
En definitiva, las alternativas a tu disposición son cada vez más estéticas y los resultados son totalmente naturales y duraderos a largo plazo.
En Corident cuidamos de tu salud y estética dental. Encontramos la solución a tu problema para que consigas una mordida firme y la sonrisa que siempre has querido tener y que por supuesto te mereces.
Por ello, si estás pensando en colocarte un implante dental nuestros especialistas en implantología pueden resolver todas tus dudas y preocupaciones.
Además, te darán recomendaciones sobre cuál es la solución que mejor se adapta a tus necesidades: la colocación de un implante, un puente o las distintas prótesis dentales que existen (fijas o removibles).
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